La pandemia por COVID-19 ha afectado enormemente la economía y la salud de la población, dejando en total vulnerabilidad a los sectores estructurales de la sociedad y también una mella impresionante en el factor psicológico, a través de la salud mental de cada individuo que ha sido directa o indirectamente afectada por el coronavirus. El confinamiento se ha presentado como un duro reto que enfrentan las personas en la actualidad, dejando secuelas importantes en la salud mental de cada persona y cambiando por completo su forma de vida.

Cuando alguien se infecta con el virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad del coronavirus COVID-19, puede sentirse de varias maneras distintas. Algunas personas están completamente asintomáticas, mientras que otras presentan síntomas y hay quienes se ponen muy enfermos. Muchos de los que tienen síntomas pueden presentar fiebre, escalofríos, sudores, dolor del cuerpo y un malestar parecido al de la gripe.

Un equipo de científicos de China comprobó el efecto que produce la leche materna en las células contagiadas por el SARS-CoV-2. La leche fue recogida en 2017, mucho antes del inicio de la pandemia, y los tipos de células analizados variaron desde células renales animales hasta células humanas pulmonares e intestinales jóvenes. En todos los casos, el resultado fue el mismo: la leche mató a la mayoría de las cepas vivas del virus, señala el estudio, publicado en bioRxiv.

La Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC) dio a conocer el segundo boletín de avances del primer Observatorio COVID-19 y Dengue en Honduras, como resultado de la participación de más de tres mil personas en la encuesta ciudadana que permite informar al público sobre el avance de coronavirus y dengue en el país, dos enfermedades que azotan fuertemente el territorio nacional.