En un ambiente impregnado de orgullo, emoción y esperanza, la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) celebró este jueves una de sus ceremonias más significativas del año: la graduación de 262 nuevos profesionales, marcando así un paso crucial en la vida de cada egresado y reafirmando el compromiso de la institución con la excelencia educativa y el desarrollo del país.
El evento se llevó a cabo en el campus central de San Pedro Sula, y coincidió con la celebración del 39 aniversario de fundación de la universidad, hecho que revistió la ocasión de un simbolismo aún más profundo. UTH, con casi cuatro décadas de trayectoria educativa, se ha consolidado como una de las instituciones académicas más prestigiosas de Honduras, formando líderes con una visión integral, innovadora y orientada al cambio positivo de la sociedad.
La ceremonia fue presidida por el fundador y presidente de UTH, Roger D. Valladares, figura clave en la transformación de la educación superior en el país. Lo acompañaron destacadas autoridades académicas como el rector, Javier Mejía Barahona, el secretario general, Edgardo Enamorado Espinoza, el vicerrector académico, José Mora, así como directores de carrera, coordinadores, docentes y colaboradores administrativos, todos testigos y artífices del desarrollo académico de los graduandos. La presencia de familiares, amigos y seres queridos sumó un tono cálido y humano a la ceremonia, convirtiéndola en un acto verdaderamente memorable.
Exaltando el talento y la excelencia
Uno de los momentos más conmovedores del evento fue el reconocimiento a la excelencia académica, reflejo del arduo trabajo, la dedicación y el compromiso con los más altos estándares de formación profesional. La medalla de oro al primer lugar fue otorgada a Suyapa Yamileth Garay Varela, egresada de la Maestría en Dirección de Recursos Humanos, quien además tuvo el honor de pronunciar el discurso oficial en nombre de la promoción. Sus palabras, cargadas de gratitud, reflexión y esperanza, resonaron profundamente entre los presentes.
El segundo lugar y también medalla de oro fue concedido a Fabiána Clarisa Valladares Urbina, destacada graduada de Ingeniería en Computación, quien con sensibilidad y espiritualidad fue la encargada de dirigir la oración de apertura, encomendando este nuevo ciclo de vida profesional al servicio de Dios y del país.
Asimismo, se otorgaron medallas de reconocimiento a otros egresados sobresalientes como Nelson Moreno Maradiaga, de la Maestría en Dirección Financiera, y Bettina Sunsin Dubón, Licenciada en Marketing, ambos ejemplo de esfuerzo sostenido, disciplina y superación constante.
Un encuentro íntimo con la excelencia
En un gesto que resalta la cercanía y el compromiso personal del liderazgo institucional con sus estudiantes, el presidente Roger D. Valladares recibió previamente en su despacho a los graduandos distinguidos. En este espacio solemne y significativo, les impuso personalmente las medallas de honor, reconociendo no solo sus logros académicos, sino también su determinación y capacidad de inspirar a futuras generaciones.
UTH: Formación con visión transformadora
Este acto de graduación no solo celebró un hito académico; fue también una fiesta del conocimiento, la resiliencia y el compromiso social. Los 262 graduados —entre diplomados, licenciados, ingenieros, másteres y doctores— representan una nueva generación de profesionales que llevan consigo la formación integral que distingue a la Universidad Tecnológica de Honduras: una combinación de excelencia académica, valores humanos y visión de futuro.
La UTH, camino a celebrar sus 40 años, continúa con paso firme en su misión de formar líderes transformadores, profundamente comprometidos con el desarrollo sostenible, la justicia social y la innovación. Cada egresado es una semilla de cambio que lleva el sello de una institución que ha sabido combinar tecnología, pedagogía de vanguardia y calidez humana.
Deseos para los nuevos profesionales
A cada uno de los graduados, la comunidad UTH les extiende una felicitación profunda y sincera. Su esfuerzo ha rendido frutos, pero el viaje apenas comienza. Que este logro sea solo el inicio de una vida profesional rica en propósito, crecimiento y aportes valiosos a la sociedad. Que nunca pierdan la curiosidad por aprender, el valor para emprender y el corazón para servir.
